Mis felicitaciones a esos valientes peregrinos a los que no hay tormenta perfecta que los arrugue.
Hemos podidos disfrutar virtualmente de la experiencia gracias al detallado reportaje de nuestro compañero Pepe Cañero, presto a inmortalizar las actividades con su inseparable cámara.
Me he acordado de una ruta desde Constantina a la Estacion, en la que las previsiones eran de fuertes lluvias, y se cumplieron con creces.
En los días anteriores se registró una gran actividad en la página, en la que se daban ideas de como afrontar el gran remojón que nos esperaba. Se hablaba de trajes de neopreno, de ponchos, de bañadores, balsas hinflables incluso de un catamaran para atravesar el crecido Hueznar, pero la sugerencia de mayor exito fué la realizada por la compañera Mercedes, de llevar en la mochila una toallita de las de bidét.
Aún hoy día se puede escuchar entre los viejos del lugar referencias a este adminículo de necesaria incorporación en la mochila en los días lluviosos.
La ruta se realizó a pesar de las inclemencias del tiempo, y me alegra ver que aún se mantiene ese espíritu aventurero que hace que salgamos llueva o ventee.
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RUTA LLUVIOSA
La mojada ruta dió lugar a unas rimas con música de habanera, que sirvieron para inmortalizar la aventura.
Las desempolvo del baul de los recuerdos, para que sea también de aplicación a esta lluviosa ruta.
NO PODRÁN CON NOSOTROS
Sin hacer caso de los consejos,
ni oír de sabios premonición,
dicen que el miedo es cosa de viejos,
los batolitos van de excursión.
Cogen la ruta con alegría,
Las nubes negras no les detienen
Pero muy pronto se jode el día.
¡Sufrirán mucho si se entretienen!
Llega una lluvia, fría y sesgada,
y un fuerte viento, que sopla bien.
Que han conseguido, sirva de nada,
el poncho nuevo, de Pepe-Cuen
Viene otra cosa, que retorcida,
nos estropea de nuevo el plan.
Es la rivera, que va crecida,
y está de huelga el catamarán.
Dice Carmela, ¡no nos asustemos!
Semejan patos de mil colores.
Serán de ayuda cuando lo usemos.
Traigo conmigo diez flotadores.
Es voluntaria con la experiencia.
Entra en agua con alegría.
Pero ha pecado ¡Dios! de inocencia.
La puñetera, que estaba fría.
Habla Mercedes, no os aflijáis
Que este agua fría no será freno.
Ahora veréis que os alegráis,
yo traigo gafas y un neopreno.
Comienza un viaje alucinante.
Un bote inflable acoge al grupo.
Nuestra Mercedes marcha delante.
Nada en el agua, ella no cupo.
Mas la corriente es traicionera.
Y de repente, ¡un revolcón!
Y la aventura tan marinera,
ha terminado con remojón.
Los batolitos ya han regresado.
Llevan la marca de la aflicción.
Tienen el cuerpo todo empapado
y han aprendido bien la lección.
Tanto en el campo como en la playa
es muy importante, ahora lo sé.
Que no te olvides de una toalla,
de las que cuelgan, junto al bidet
MANOLO