Tampoco fué para tanto.
Mas bien fué un "divertimento" para poner a prueba como reaccionarían los amantes de apropiarse de lo ajeno, y la verdad es que el despliegue fué llamativo.
Si de verdad hubiera sido valiente, no me habría quedado en el acto simbólico de poner mi cabeza bajo la alambrada justo en el lugar en que el camino estaba cortado, y habría intentado pasar, pero uno tiene ya una edad.
Estoy muy contento por el desarrollo de la reivindicación, porque una vez mas se ha puesto en evidencia la impunidad con la que estos nuevos terratenientes se apropian de lo que no es suyo y, lo peor, la pasividad con la que la administración actua en estos casos.
Con nosotros tenía que haber estado la autoridad municipal pertinente, con los papeles del pleno municipal en el que se reafirmó el caracter público del camino, y los agentes de la Guardia Civil obligando a los propietarios a cortar la alambrada para restituir el paso, en vez de apoyando a estos su postura de no dejar pasar. La historia se repite, y no ha cambiado nada en este pais.
Afortunadamente cada vez hay mas colectivos que estamos sensibilizados con este problema, y en esa línea estas manifestaciones están cumpliendo una gran labor de divulgación y concienciación.
Pero a esta altura, quizas deberíamos de darnos cuenta de que estas protestas tendríamos que empezar a hacerlas en las puertas de los ayuntamientos, de la consejería del medio ambiente y del parlamento, donde están las personas que elegimos para que nos defiendan, y no lo están haciendo.
Desde aquí hago un llamamiento a los compañeros de El Batolito, para que se interesen y participen en estos pequeños actos reivindicativos, pues con ellos estamos defendiendo nuestro derecho a ejercer libremente nuestra afición.
Una vez mas se actuó dentro del orden y civismo. Que sirva esto de acicate a los que aún tienen cierta prevención a sumarse a estos actos, y se animen a acompañarnos.
Os adjunto foto del "momento"
Manolo