Es tristísimo ver a un abuelito llorar. Más de uno lo hizo al presenciar cómo el hijoputa del terrateniente había demolido uno de los muros del cementerio.
También ha demolido todas las construcciones que quedaban en pie, hasta las que no son de su propiedad, tales como ayuntamiento, frontón y una casa no suya en la que no ha dejado ni escombro como en las otras (la propietaria también lloró y mucho).
Día soleado, puertas abiertas por un día y picoletos observadores.
Os vuelvo a poner el enlace: Ahí tenéis fotos del evento y hasta un enlace a un vídeo de TVE:
www.villaescusadepalositos.es/
¡Qué buena estaba la caldereta!
¡Salud y libertad!