La subida a La Alcazaba ha sido una pequeña aventura, que ha aportado un grado mas de "curtimiento" a los que nos estamos apuntando a las rutas que tienen su puntito de dureza.
La presencia del viento, la niebla y el frío, nos ha puesto a prueba, aunque afortunadamente ha habido momentos en los que al despejarse la atmósfera, hemos disfrutado del paisaje de la sierra en todo su explendor. El pinsapar, como siempre, soberbio.
De la intensidad del viento puedo dar constancia personalmente, ya que cuando estaba preparando la tradicional foto de grupo en la címa, una fuerte ráfaga traicionera me volteó directamente de espalda, librándome el compañero Carlos García de que rodara monte abajo al agarrarme por las correa de la mochila.
Todo quedó solo en el susto, y en la patética escena que ofrecí cuando tras las rocas, de mi cuerpo, solo se veian dos patitas agitándose al viento.
podeis ver ya las fotos de la ruta, que están subidas a la página.
Un salido,
Manolo Rodríguez