Hola, compañeros.
Al regreso de la ruta de la subida a la Maroma, quiero compartir los gratos recuerdos que traigo de esa experiencia.
Lo primero recordar a los compañeros que al final no pudieron venir por razones ajenas a su voluntad.
Solventados los problemas resultantes del las bajas de última hora, que afectó al reparto de las plazas de coches, Nos pusimos en marcha.
Reunidos en Alhama los que pernoctaríamos la noche del viernes, tras dejar el equipaje en la pensión, salimos a dar una vuelta por el pueblo.
Visita al bar de Antonio el Tigre, que sorprendió a los que no lo conocían con su florida verborrea. Respecto a la comida, he notado una disminución de la calidad, y menos mal que estuvimos atentos para parar la avalancha de platos que nos estaba sirviendo, porque si no, nos sobrepasa.
Después visita para ver el tajo iluminado, tras lo que nos acercamos a la Plaza, donde había un grupo cantando en el cierre de campaña del PP.
A continuación a la pensión a dormir.
Parece que alguno organizó una fiesta de pijama en su cuarto, que se prolongó hasta altas horas, y que tuvo consecuencias no deseadas.
Por la mañana, vamos a desayunar al Tigre, sacando la consecuencia de que no se puede dejar al albedrío de su propietario la composición del desayuno, porque otra vez nos puso un montón de tostadas de diferentes tipos, que tuvo diferente aceptación entre los asistentes.
Llegaron parte de los compañeros que venían directos de su casa, y conocimos que habría una baja en la ruta, porque se había levantado indispuesto, parte a causa de la abundante cena, y parte como posible víctima de la noche de pijama.
Partimos hacia la venta de La Alcaicería, donde nos esperaban los dos que quedaban.
Dejamos los coches en el cortijo de El Robledal, y comenzamos la caminata. Tuvimos que ponernos algo de abrigo, aunque hacía un día en el que las pocas nubes no impedían que hubiera bastante sol. Condiciones excelentes para la subida que nos esperaba.
Por mi parte notaba la falta de fondo, que me dificultaba seguir el ritmo inicial, cosa que se solventó dejándome que fuera el primero para que marcara el paso.
El camino, como siempre, espléndido, pues gran parte se hace bajo pinares, y en algunos miradores pudimos disfrutar de unas preciosas vistas, que se hacían más impresionantes a medida que ascendíamos.
Pronto llegamos a la parte más vistosa en lo que se refiere a la vegetación. Las previas al Salto del Caballo, donde pudimos ver ejemplares de arces de Montpelier y tejos, acompañadas por otras especies más habituales. Tras superar la vistosa subida del Salto del Caballo, llegamos aun lugar mas llano, que nos llevó a asomarnos a un "balcón", desde donde se divisaba la Axarquía malagueña, y casi toda la Costa del Sol.
Desde ese punto, emprendemos el último tramo hasta la cumbre, andando ya por un terreno rocoso y con escasa vegetación. Pronto veo que tengo dificultades para seguir, y comunico que me quedo en ese punto esperando el regreso, despidiéndome de los compañeros. Pero no me resigno, y aprovechando que pasan junto a mí una pareja que van despacio, me uno a ellos y reemprendo la subida a la cumbre, y logro reunirme a los compañeros que estaban en el rito de celebración, con las clásicas fotos en el vértice geodésico de La Maroma.
Comida, disfrute de las vistas y tras crear una oficina volante de acreditaciones, en las que se procedió a sellar los pasaportes de la Ocho Cumbres, reemprendimos el regreso.
A la vuelta alargamos el camino, desviándonos para pasar por la Tacita de Plata, único lugar donde hay una fuente así como una cueva. Algunos compañeros querían conocerla, porque .es un lugar donde se puede salir de un apuro en falta de agua, o encontrar refugio en caso de que nos sorprenda una tormenta, cosa que puede ser útil en futuras subidas a La Maroma.
Proseguimos el descenso, cruzándonos con algunos corredores de montañas, que iban a un paso que nos comió la moral.
En la bajada tuve otra vez dificultades para seguir el ritmo, pero los compañeros solventaron la situación dejándome encabezar la marcha y marcar el ritmo, cosa que agradezco enormemente, porque forzaba a que algunos tuvieran que perder la comodidad de su ritmo habitual.
El ritmo lento nos permitió realizar un pequeño debate, a modo de los peripatéticos aristotélicos, en los que se trataron temas políticos, sociales y filosóficos, que hizo que el último tramo se me hiciera mas corto, llegando a los coches a la hora prevista.
Despedida en la Venta de La Alcaicería y regreso a Sevilla, excepto Antonio y yo, que regresamos a Alhama donde nos esperaban nuestras respectivas, ya que pasamos allí la noche.
En resumen. Disfruté enormemente de una ruta que se desarrolló en unas condiciones climatológicas excelentes, y en un grato ambiente de compañerismo. Además para mí tenía una especial trascendencia, porque posiblemente sea la última subida a esta cumbre que me trae tan gratos recuerdos anteriores.
Como es costumbre, subo las fotos que me vayan llegando al álbum del club.
Las mías ya podéis verlas pinchando aquí..-->
picasaweb.google.com/112497929439250984931/20150523LAMAROMAFotosManoloRodriguez
Y también las de Manolo Yanes. ---->
picasaweb.google.com/112497929439250984931/20150523LAMAROMAFotosManoloYanes
Y el excelente reportaje fotográfico de la población de Alhama de Granada su tajo, realizado por Santiago Rodríguez-R -->
picasaweb.google.com/112497929439250984931/20150523LAMAROMAFotosSantiagoRodriguezR
Un abrazo A todos,
Manolo R. Espejo