Genial Manolo, esta claro que estas crónicas humorísticas de las anécdotas que suelen ocurrir en cada ruta, nos hace revivirlas de nuevo con una sonrisa en los labios.

Gracias por ello compañero.

un abrazo

Gracias, Joaquín, por tus comentarios.

Alguna vez he estado tentado de reponer el poema de La Toallita de Bidet, pero lo he desestimado porque las historias van unidas al momento y las personas, y pierden sentido cuando el momento es remoto, y quedan pocos de los que lo disfrutaron. De la misma forma que muchos de los gags de mi última parida no serán entendidos por los que no lo vivieron.

Y como ahora los momentos y muchas personas no son los mismos, no se puede mantener continuamente su recuerdo. Lo que quizás si puede mantenerse es el espíritu del grupo y de ahí ese pequeño guiño a lo Fénix de retomar antiguas costumbres, que espero sirva de algo.

Gracias también a Rafael. No me esperaba menos de el, a la hora aceptar con humor el papel activo que ha tenido en mi relato aunque he detectado un pequeño resquemor, cuando hace notar que no ha sido el único en perderse.

Y como principal protagonista que he sido del, probablemente, mas descomunal despiste automovilístico registrado en los anales de El Batolito, para recuerdo de los que lo vivieron y conocimiento de los que no, os debo una explicación. Y esa explicación, os la voy a pagar.

Paso también a relatarlo.

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YO TAMBIEN ME PERDÍ

Dedicado a Rafael.
Me parece de justicia.
No solo le pasó a el,
documentaré mi pifia

La ruta promete bonita
Salimos desde Barbate,
lugar al que se le cita
por el atun con tomate

Tomaremos un camino
con el suelo enarenado,
circulando bajo pinos,
cerca de un acantilado.

Los españoles tuvimos
una batalla en el mar,
cerca de nuestro destino.
El Cabo de Trafalgar.

Nos debemos desplazar,
eso toca esta semana,
a un remoto lugar
de la costa gaditana.

Voy conduciendo mi coche.
De copiloto, Santana.
Hablamos a troche y moche,
charlamos con muchas ganas

En los asientos de atrás,
de simpatia hacen gala.
Van charlando mucho más.
J. Vera y J. Salas

No me preocupa el camino,
aunque tom-tom yo no use.
A la derecha seguimos,
cuando lleguemos a un cruce.

Con tanta conversación
no advertimos el desvío.
No vemos la confusión.
Nos metemos en un lío.

Conduciendo entre los montes
y charlando sin parar,
de pronto en el horizonte,
se divisa Gibraltar.

EL MAS TONTO EL QUE NO QUISO.
Completamente obcecado,
no hago caso del aviso.
Me marcho por otro lado

Nos estamos preocupando.
¿Cometímos desatino?
Que mucho estamos tardando,
En alcanzar el destino.

A boquerón y chanquete
huele por estas playas.
Si estás en Cádiz, zoquete,
¿porqué no huele a caballa?

Pues te estas equivocando.
Un cartel da la primicia.
LOS LÍMITES TRASPASANDO
DE MÁLAGA, LA PROVINCIA.

Nos damos la media vuelta
con el rostro compungido.
Nadie la lengua suelta.
No se escucha ni un sonido.

En el camino de vuelta,
empleamos mucho tiempo.
¡A ver si esta vez aciertas!
Me recriminan con tiento.

De lo lejo que llegamos
nos puede dar una pista
por qué lugares pasamos
según nos muestra la vista

Rodeados de molinos,
no lo tomemos a risa,
uno a otro nos decimos.
aún estamos por Tarifa.

El resto de compañeros,
preocupándose en extremo,
buscan por el mundo entero
al ver que no aparecemos.

Con ellos por fin hablamos.
Les contamos nuestras cuitas.
Con pesar les confirmamos.
Llegamos tarde a la cita

Cuando a Barbate llegamos.
Algunos nos esperaban.
A caminar empezamos.
Nuestras penas terminaban.

El resto de la jornada,
ya transcurrió felizmente.
Una vez que fue encontrada,
el resto de nuestra gente.

El precio de mi despiste
lo pague yo de mi cuenta.
Añadiéndole al paseo,
kilómetros, ciento cincuenta.

Así que Rafa, tranquilo.
En perderse te supero,
pues estuvimos al filo
de vagar un día entero.

Dedicado a aquellos que asumen la responsabilidad de compartir su coche, porque gozan del tesoro de la confianza, a veces ciega, incluso muy ciega, del resto de los compañeros,

Un abrazo

Manolo R.

Muy acertado Joaquin.

También recordar aquel tiempo en que estuvimos escribiedo algunas crónicas "con los ojos del alma" fue a partir de una ruta que hicimos al Castillo de la Armada...

Qué tiempos!! ni mejores ni peores, otros tiempos nada más.

Un beso y mucha salud,
mercedes

Algunos ya conocíamos las habilidades poéticas del amigo Espejo.
Hará unos 7 u 8 años, ante las dramáticas perspéctivas de una ruta invernal por la Sierra Norte, con previsiones de fuertes lluvias y gran avenida del Ribera del Hueznar, Manolo se reveló como gran vate de la sátira y el pitorreo fino, hilvanado un largo y jocoso poema en el que avisaba de los riesgos y daba chuscas soluciones a los peligros con los que nos enfrentaríamos los incautos Batolitos.
El poema tuvo un exito fulminante y pasó a la historia del grupo con el nombre de Poema de la Toallita de Bidé, muy comentado en foros nacionales y foráneos.
No estaría mal recuperarlo para conocimiento y regocijo de la nuevas generaciones.
Un abrazo, Fénix.
Joaquín

Una nueva pincelada del fino sentido del humor de nuestro compañero Manolo, pase un buen rato leyendo el resumen de situaciones que en verso humorístico nos has regalado.

Sigue así querido compañero, que falta nos hacen de vez en cuando eso ratitos de buen humor.

( eche en falta alguna alusión a alguien que cerca de Malaga se dio cuenta que en realidad la ruta no era por allí ).

Un abrazo

Rafael Rodriguez

Impresionante Manolo, eres grande!!!

Con esta crónica das cumplida cuenta a todas aquellas rutas que, tras llegar a nuestro cómodo sofá, ninguno de nosotros hemos tenido el acierto de resumir lo vivido en unas cuantas palabras.

Gracias por este gran ejercicio y un fuerte abrazo.

Manolo Yanes

Estimados compañeros. Empieza un nuevo año, como no, cargado de ilusiones y buenos propósitos.

Son muchas las veces que el club ha pasado por este simbólico pistoletazo que es el comienzo de un año, aunque en esta ocasión hay un matiz especial. En el transcurso de este 2015 se cumplen 10 años desde que el club se dio de alta, oficialmente, como entidad deportiva, con el nombre de Club Deportivo El Batolito.

Ha habido muchas historias, unas veces personales otras colectivas. Buenos y malos momentos. Se incorporan caras nuevas y otras nos han dejado. Pero cuando se mira atrás no debe de imperar la triste nostalgia, si no el gratificante recuerdo de los buenos ratos que hemos vivido.

No es el momento de hacer una larga recopilación de las vivencias, que igual en otro momento se haga, pero quizás si venga a bien el realizar una pequeña crónica que recoja momentos, unas veces repetidos otras únicos, que simbolice tantas y tantas rutas que hemos realizado juntos.

No voy a compendiar los mejores momentos pero si aquellos que al final de la jornada nos permiten echar unas risas Me permito hacerlo en clave de humor rimado. Espero que os guste.


EN DÍA CUALQUIERA, DE CUALQUIER MES, DE UN AÑO CUALQUIERA.
RUTA ORGANIZADA POR EL CLUB EL BATOLITO, A CUALQUIER SITIO.


La crónica se interpretará con música de fondo.
Acompañados por la Orquesta Sinfónica de Berlín, el Coro de los Niños Cantores de Viena nos deleitaran interpretando con sus angelicales voces la siguiente conocida canción.

¡Qué buenas son las madres ursulinas!
¡Que buenas son que nos sacan de excursión!

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Me he levantado temprano
Y rebosando ilusión.
Tengo todo preparado,
pues me marcho de excursión.

En el punto de partida,
me encuentro a los compañeros.
Compartiremos salida,
la duración, día entero.

Se reparten los asientos
de coches, desocupados.
Contenemos el aliento
a ver con quien me ha tocado.

Desayuno en el camino.
Empiezan los incidentes,
comienzan los desatinos.
Se ve que nos falta gente

Es Rafael, no ha llegado.
Indaguemos lo que pasa,
a ver si se ha despistado.
Llama al movil, ponle un “guasa”

Estaba desorientado,
Y preguntando a un Suahili.
¿A donde le habrá llevado,
el Tom-tom, la Mari Pili?

Al fin llega el rezagado
con recuerdos en la mano
y en su garganta colgados,
de su periplo africano.

En el punto de partida,
una vez que estamos todos,
antes de dar la salida,
cumplimos los protocolos

Para comenzar, el guía,
reparte las instrucciones.
Las toman por tonterías.
Las pasan por invenciones.

Desoyendo los consejos
arrancan los San Fermínes.
Unos andan como viejos,
otros van como alevines.

Encabezando la marcha,
cual si fuera una carrera,
no temen hielo ni escarcha,
en busca de una frontera.

En un lugar intermedio,
los que saben disfrutar.
No quieren un buen promedio.
Solo quieren pasear.

Seguimos a gran distancia,
por motivos muy dispares,
candidatos de ambulancia.
Rodillas, vértigos, lumbares.

A punto de agonizar,
vemos que al fin se han parado.
Ya podremos descansar,
y no quedar marginados.

Mas nuestro gozo en un pozo.
Los estábamos cogiendo.
No nos queda más que un trozo,
y salen otra vez corriendo.

No podemos respirar.
Tener un descanso en ruta.
Nos acaban de cascar,
la parada del “hioputa”

Para llegar bien y sanos,
nos equipamos cual élite.
Walkis, brújulas, los planos,
navegación vìa satélite.

Para mas precauciones,
no solo tecnología.
Tenemos otras opciones
llevamos un perro-guía

Pero no sirve de nada.
La senda se difumina.
Esto es una pasada.
El camino se termina.

Nos rodean los jaramagos,
nos arañan los espinos.
Diez alambradas saltamos,
mil peripecias sufrimos

Tras brincar de roca en roca,
tras resbalar en el barro,
paciencia nos queda poca.
Y una gota colma el tarro

Del batallon de lisiados,
el compañero Manolo
se marcha por otro lado
tras haber quedado solo

Va por el buen camino.
Avanza rápidamente.
Alcanza pronto el destino.
Llega antes, diligente.

Pasado los sofocones,
paramos para comer.
Sacamos los bocatones.
Fuerzas hay que reponer.

De comer no terminamos.
Juan Antonio “El Impaciente”,
le mete prisa a la gente.
Venga, venga, que nos vamos.

En la cumbre, junto al hito,
todos juntos, a lo bruto,
hay que cumplir con un rito.
Se llama “foto de grupo”

El fotógrafo, corriendo,
empieza la cuanta atrás.
Talko ataca saliendo,
“pa” cogerlo por detrás

Tras la escena censurada
De sexo no consentido,
la bandera es replegada,
y el equipo recogido.

Comenzamos el regreso.
Se hace larga la vuelta.
El cielo se torna espeso,
vemos lluvia tras la puerta.

Se hace noche y oscurece.
Comienza el chaparrón
el viento crece.
Menudo diluvión
que gran tormenta.
reina la confusión.
Sin darnos cuenta,
en vez de ir
damos la vuelta.
Ya cerrada la noche
Tras mucho sufrir
Vemos el coche

Cansados, empapados, ateridos,
esta intensa ruta concluimos.
A pesar de todo lo sufrido,
la semana que viene repetimos

Para ser El Batolito
fueron muchos los errores.
Quiero terminar mi escrito
sin más equivocaciones.

Voy a ser muy concienzudo.
De todos yo me despido.
Un cariñoso saludo,
no un cariñoso salido.

Manolo R. Espejo