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TEMA: CERRO DEL HIERRO BAJO LA LUNA

CERRO DEL HIERRO BAJO LA LUNA 10 años 10 meses antes #2050

  • Manolo Rodriguez
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Estimados compañeros.

El viernes pasado llevamos a cabo la tradicional ruta nocturna que precede a la comida de fin de temporada.

Organizó y llevó la ruta nuestro compañero y presidente honorario Alfonso García, ayudado por nuestro tesorero Luis García, como colaborador.

Comenzamos la jornada instalando las tiendas de campaña en el camping Batán de las Monjas, con la idea de encontrarlas preparadas al terminar la ruta.

Arrancan en primer lugar el tándem de los Alfonsos, padre e hijo, que estrenaban tienda, por lo que la tarea se ralentiza con la lectura de un manual de instrucciones poco claro, y la consiguiente tarea de identificar y colocar cada uno de los elementos, no siempre fácil de lograr.

Con ligero retraso, el tándem Manolo-Luis, que emprenden la colocación de una tienda que cuenta con unos años de historia y que ya ha viajado a remotos lugares. Dirigida la tarea por un meticuloso y experimentado Luis, que cuenta con la ayuda de un menos experimentado Manolo, avanza lenta pero inexorablemente, superando a los Alfonsos.

En tercer lugar llegan el último fichaje de nuestro grupo. Pilar y Julia, dos simpáticas hermanas cordobesas, gemelas para mas señas, que se presentan a la competición con un modelo de tienda de esos que se tiran al suelo y se arman solas en tres segundos (Es literal y asombrosamente cierto), por lo que quedaron arrolladoramente vencedoras. En segundo lugar se termina la de Luis, que queda rematada con un maravilloso colchón hinchable, llenado con inflador eléctrico. Por último, los Alfonsos logran ensamblar la tienda, a pesar de que el confuso manual se empeñara en dificultar la tarea.

Llegan los compañeros que no dormirían en el camping, y partimos al lugar de comienzo de ruta, donde nos esperan el tercer grupo. Los que una vez terminada la ruta regresarán a Sevilla, dado que por motivos particulares no podrán participar en la comida del sábado.

Comenzamos a andar con el sol aún en el horizonte, por lo que pudimos disfrutar de un crepúsculo que poco a poco iba tiñendo el cielo con un bonito color rojizo, a la par que el paisaje se oscurecía.

Pronto nos encontramos rodeados por la noche, aunque no nos afectaba a nuestra marcha, ya que en el cielo brillaba una luna casi llena, precursora de la que en dos días anunciará el comienzo del verano en la noche de San Juan y que alumbraba con claridad nuestros pasos. La temperatura invitaba a andar, ya que nos llega una suave brisa, que en algunos momentos llegaba a producirnos algún escalofrío.

Es un verdadero caminar en estas condiciones. Por si fuera poco, el aire nos trae una mezcla de aromas de campo, unas veces a hierba recién cortada, otras a fragante jara.

Ya totalmente anochecido, llegamos al poblado minero de el Cerro del Hierro, procediendo a comer en los bancos de la plaza, junto al monumento al minero. Algunos acompañaron los bocadillos con una cerveza fresquita adquirida en la cantina, que aún estaba abierta.

Retomamos el camino, disfrutando con el espectáculo fantasmagórico que nos ofrecían las calizas del Cerro suavemente iluminadas por la luna. Tras pasar junto a un cortijo con su correspondiente recibimiento de los ladridos de perros, nos internamos en el Bosque de Robles, donde disfrutamos de la experiencia de andar entre grandes árboles que, peinando los rayos de nuestro luminoso satélite, nos regalaban con un bonito paseo entre sombras y claridades, envueltos por los perfiles, a modo de recortables sobre el cielo, de alcornoques, quejigos y robles.

Tras un rato caminando, aprovechamos unas mesas de madera de un área de descanso para hacer una parada y tratar de localizar constelaciones, con la ayuda de un ordenador. Tarea que resultó infructuosa, dado que la luz de la luna palidecía a la mayoría de las estrellas. Y dado que al fin y al cabo esta era la protagonista de la noche, la compañera la Anunciación dirigió un rito de salutación en el que en círculo y cogidos de las manos, agradecimos que alumbrara nuestros pasos en la noche.

Reemprendimos la marcha, rodeando el Cerro del Hierro, hasta que llegamos a las ruinas del taller del ferrocarril minero, conocido como El Cocherón. Alfonso nos dio una detallada explicación sobre como con la ayuda de una plataforma giratoria, de desviaban las unidades para que pudieran entrar en los talleres.

Hacemos el último tramo, recorriendo la vía verde, y gracias al buen estado del firme y al ya famoso “efecto pesebre” aceleramos el paso y pronto estuvimos en los coches, partiendo cada uno hacia su destino. En nuestro caso, nos esperaban las tiendas de campañas que previamente habíamos dejadas montadas. Esto fue a las cuatro de la madrugada,. Procuramos dormirnos pronto, pues por la mañana nos esperaba otra jornada, aunque en esta ocasión no senderista, si no gastronómica y de convivencia, que será relatada convenientemente.

Esta ruta nocturna ha sido una experiencia grata, que recomendamos que prueben aquellos que Aún no lo han experimentado.

Un abrazo a todos los compañeros de tan memorable jornada.

Manolo Rodríguez.
Última Edición: 10 años 9 meses antes por Manolo Rodriguez.
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