Hola, compañeros.
La subida al Jarastepar nos ha permitido disfrutar de la magnificencia de los macizos calizos de las sierras cercanas a Ronda.
Ha sido una ruta con un cierto componente de aventura, porque no es una zona muy visitada y los senderos son difíciles de localizar y aparecen, se multiplican y desaparecen en pocos centenares de metros, por lo que parte del camino se ha hecho improvisando.
Nos temíamos que hiciera calor, y sin embargo nos ha sorprendido una cierta niebla, y un frio que nos ha cogido sin preparar. Hemos echado de menos un buen par de guantes y ropa de abrigo.
La parte alta de la montaña presenta forma de altiplanicie, rodeada de varios picos de similar altura, lo que unido a la niebla, propiciaba el despiste, pero la pericia de nuestros guías nos llevó al vértice geodésico. Tras la foto de grupo de rigor, descendimos a una dolina, donde al resguardo de unas rocas, comimos.
Antes de retomar el camino, procedimos al protocolario discurso de iniciación, que en este caso ha tenido como protagonista a un personaje singular. Se trata de Elena, uruguaya de nacionalidad, de ascendientes polacos, casada con un sevillano y residente desde hace muchos años en Australia.
Elena practica el senderismo en ese país. Nos localizó hace varios mese por internet, y nos comentó que tenía previsto venir a Sevilla por feria, y que se pondría en contacto con nosotros para hacer una ruta. Y dicho y hecho.
Persona agradable, y buena montañera. Disfrutó con nosotros, y nosotros estuvimos muy a gusto con ella. Creímos que debíamos regalarle una camiseta del grupo, aunque con una condición. Que nos enviara una foto desde Australia, vistiéndola. Será un orgullo ver nuestra camiseta en las antípodas.
Nos comentó que intentaría acompañarnos en la ruta botánica, pero esta tarde me ha llamado indicando que al final no va a poder ser, porque solo estará dos semanas, y tiene un calendario muy apretado, pero me ha encargado que traspase su agradecimiento al grupo, porque se ha encontrado perfectamente acogida y se lleva un muy buen recuerdo. Me pide que de en su nombre un abrazo a todos los miembros de El Batolito, en general y a los compañeros de ruta en particular. Por mi parte, me he permitido transmitirle la grata impresión que ella nos ha producido.
El regreso tuvo otra vez un pequeño componente de aventura, al perder el sendero en la primera parte del recorrido, lo que nos llevó a un descenso por una empinada ladera con bastante piedra suelta.
Hubo que atravesar varias vallas, unas en la modalidad almonteña, otras pasando por debajo.
Por mi parte, disfruté de la ruta.
Un abrazo,
Manolo Rodríguez