La ruta que inicialmente había propuesto para ese día era la subida a La Maroma. Después de la semana de incertidumbre climatológica y final decepción que supuso la suspensión de la ruta por riesgos de fuertes lluvias en la zona, he decidido proponer como ruta alternativa la subida al Peñon delos Enamorados, en Yunquera, y tenido la alegría de comprobar que dicha alternativa de última hora, ha compensado con creces el disgusto.
La ruta la preparé mezclando parte de senderos conocidos, con otra parte compuesta por no conocidos, pero de los que tenía muy buena referencia sobre sus características e información del recorrido con tracks que me bajé.
Había cierta incertidumbre sobre si la lluvía nos respetaría, pero contábamos a nuestro favor que sobre la marcha podríamos modificar el recorrido y hacerlo mas llevadero si el riesgo se cumplia.
Los compañeros que se habían apuntado a La Maroma aceptaron de buén grado el cambio de planes, y se nos unieron algunos mas a última hora.
Al llegar a Yunquera pudimos comprobar que hacía un día bastante bueno, por lo que decidimos realizar la ruta planificada de subida al Peñón de los Enamorados, que era la mas larga y dura entre las posibles. Dejamos los coches en el mirador del Saucillo, y emprendimos la marcha. El GPS me jugó una mala pasada, porque no había cargado bien el track, pero afortunadamente se lo había pasado tambien a los compañeros Cañero, Rafa y Salvador, lo que nos permitió, con su ayuda, comprobar en los diferentes cruces cuál era el camino correcto.
Nos internamos en el pinsapar de Yunquera, con la intención de llegar al Peñón dando un rodeo , para conocer el Pinsapar de Cuberos. Nos recreamos viendo los pinsapos cuajados de piñas,y cuando llegamos a la zona donde hay una repoblación de cedros, el compañero Pepe Cañero nos dió una detallada explicación sobre las características de esta especie, entre las que destaca su cacterístico olar que produce su resina que, al tener tener características fungicidas y repelentes de insectos, la hace especialmente adecuada para su uso en exteriores y en zonas de condiciones extremas. Igualmente se usa para la confección de lápices, por lo que es posible que en los recuerdos de nuestra infancia permanezca el de su suave olor que desprendía al mordisquearlos o sacarles punta.
En la zona de los cedros tuvimos un pequeño despiste, al no estar visible el desvío que debíamos tomar, pero tras andar unos 200 m. nos dimos cuenta de que no llevávamos la dirección correcta, regresando y localizando rápidamente el camino correcto. En estas situaciones de dudas, no dejo de maravillarme de la fina intuición para detectar senderos y el gran sentido de la orientación de nuestro compañero Eugenio, unida a su interés po la toponimia,lo que lo hace persona de valía para disfrutar de rutas que sean novedosas. Todo ello controlado por el que ha ejercido de "pavero" nuestro pesidente Manolo Yanes.
Pronto alcanzamos el Pinsapar de Cuberos, y pudimos ver que las espectativas estaban justificadas. Se recorre por un cómodo sendero parecido al de Grazalema, aunque en mi opinión, mas bonito. Fué una grata sorpresa para todos. La pena fué comprobar que en un tiempo no demasiado lejano, un incendio había arrrasado parte de la ladera, quedando como testimonio gran cantidad de troncos desnudos, así como una vegetación arbustiva y joven. Afortunadamente se veían gran cantidad de pinsapos pequeños, lo que hace pensar que habrá regeneración, aunque me temo que nuestra generación no podrá disfrutar del bosque en su esplendor.
En un momento determinado, el camino varía de dirección y pasa a tener una fuerte pendiente para empezar la subida al puerto del Hornillo. Pusimos la marcha corta y andar cansino, para afrontar esta subida, que algunos estamos mayores, y ya se sabe "SI QUIERES BAJAR COMO UN JOVEN, SUBE COMO UN VIEJO" Antes de alcanzar el puerto del Hornillo, llegamos a la fuente del mismo nombre. Curioso lugar al pié de un acantilado, en el que una covacha puede servir de protección en caso de ser alcanzado por una tormenta, la nieve o que nos pille la noche, al mismo tiempo que la fuente nos asegura el agua, casi imposible de encontrar en otro lugar a esa altura. El sitio tiene apariencia de que ha sido usado por pastores y cazadores, y quien sabe si también lo fué por nuestros primitivos antecesores.
Continuamos hasta llegar al puerto del Hornillo. La vegetación cambia bruscamente. Desaparecen los pinsapos, y el suelo está cubierto por la clasica vegetación almoadillada y espinosa de la parte alta de las montañas. En ese lugar Nos encontramos con un rebaño de oveja, por entre las que pasamos después de que Rafa atara a Talko, su perro bodeguero. Por cierto. tendremos que nombralo Batolito Canino de Honor. Es todo un espectáculo ver como disfruta recorriendo el sendero en un sentido y en otro, o desplazándose por los Laterales olfateando un mundo de olores que desgraciadamente nosotros no llegamos a percibir. Cuando se adelanta lo hace por el sendero, y contínuamente comprueba que el grupo le sigue. Fué divertido la cara de pena que puso cuando vió que su dueño lo ataba y no le dejaba jugar con el grupo de las que podrían ser sus buenas nuevas amigas.
Aprovecho para recordar que cuando llevemos perros en nuestras rutas, debemos de estar pendiente de que no molesten a los animales del lugar. Es mas. Antes debemos de comprobar que en la ruta por la que circulamos no esté específicamente prohibido el llevar perros, como es el caso de algunas que se hallan en zona especial de protección. Rafa actuó correctamente asegurandose que Talko estaba atado antes de acercarnos a las ovejas. ¡Lo siento, Talko!
Continuamos ascendiendo, para dirigirnos hacia nuestro objetivo. El Peñon de los Enamorados. Por cierto. Estuvimos a punto de subir a una montaña que algunos pensábamos erróneamente que era el susodicho Peñon, afortunadamente Pepe Cañero nos alertó. Tomaos el camino correcto y pronto, tras una pequeña escalada, llegamos a la cumbre. Foto de grupo, comida, cobro del dinero de los coches y discurso de iniciación de Antonio Alonso, que se estrenaba como compañero batolítico.
Reemprendemos el regreso por un camino que nos llevará directo a nuestros coches, en el Mirador del Saucillo.
Hay un pequeño susto, pues Antoni Arregui, que está empezando a acompañarnos en nuestras rutas, sufre una sobrecarga en las piernas, que prácticamente le impide andar. Nos quedan unos tres Kms para llegar, y tenemos la amenaza que va a oscurecer en poco tiempo. Se opta por que un grupo vaya a hacia los coche, mientras otro se queda con Antonio para ayudarle. (Algún malvado propuso que lo rematáramos para que no sufriera) Afortunadamente nuestra compañera Mercedes, que ya nos ha sacado de situaciones similares, aplica uno de sus mágicos masajes a las doloridas piernas de Antonio y junto a una pequeña ayuda farmacológica, consigue que se ponga en marcha logrando llegar al final de la ruta sin paradas y a buen ritmo.
Una vez en carretera, paramos a tomarnos un café o nuestro tradicional Colacao, que la entrada del frio hace tan reconfortante, aprovechando el momento para hacer la colecta de fotos de todos los compañeros que deciden compartirlas. colaborando al crecimiento de nuestro ya enorme album fotográfico.
Podeis ver las fotos pinchando aquí. --->
FOTOS
Personalmente estoy muy contento de como se ha desarrollado la ruta, a pesar del escaso tiempo con el que se ha preparado. Clave para este buen funcionamieto ha sido el gran espíriu de colaboración que todos los asistentes han mostrado, y que reafirma la diferencia que hay entre nuestras rutas y las de otros grupos mas cercanos a empresas de turismo activo que, aunque valoro positivamente su función, personalmente no las sustituiría por las nuestras, en las que encuentro este matiz de compañerismo, ayuda y compromiso que estamos logrando mantener.
Un abrazo, y gracias a todos.
Manolo Rodríguez
